La ventaja competitiva es esa marca que diferencia a tu empresa de otras similares que hay en el mercado, no sólo porque ofrezcas un producto o un servicio diferente ( y veremos que no se trata solo de estas características), sino porque eres el mejor.
Antes de entrar en un mercado con un producto o un servicio, uno de los trabajos fundamentales que se deben realizar es investigar el mercado: en qué condiciones se encuentra, qué ofrecen mis futuros competidores, cómo llegan al cliente, a qué precio venden ese producto o servicio y sobre todo, cómo puedo mejorar esa oferta pensando en mi cliente objetivo.
La ventaja competitiva tiene que implicar siempre una redefinición o un cambio con respecto a la situación actual del mercado. Siguiendo el dicho popular, te diría que mismo perro con diferente collar, no vale. Te preguntarás entonces qué características debe tener esa ventaja competitiva, pues aquí te lo cuento:
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tiene que ser difícil de imitar. Casi te diría que tiene que ser única. Sencillo, si no lo haces de esta manera y a tus competidores les resulta fácil imitarte, entonces tu ventaja competitiva habrá desaparecido antes de que vuelvas a pestañear.
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Debe marcar claramente una superioridad con respecto a la competencia, a lo que ya se ofrece hasta el momento en el mercado. No vale que sólo le cambies el color o el tamaño por ejemplo, tiene que ser percibido como una mejora por el cliente.
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sostenible en el tiempo.
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Debe generar ingresos y beneficios económicos, de lo contrario no vale la pena todo el esfuerzo, tiempo, inversión que realices por no decirte que fracasarás en poco tiempo.
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Además del beneficio económico que te reporte, lo principal es que sea vista como un beneficio por el cliente porque es él quien tomará la decisión final de adquirir eso que tu vendes. No descuides el aspecto emocional del cliente: un producto o servicio no siempre se adquiere porque se precise sino por lo que representa y por lo que hace sentir al cliente.
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Centrada en el núcleo de tu negocio. Si el núcleo de tu negocio es vender zapatos u ofrecer determinado servicio, piensa entonces cómo puedes redefinir las condiciones del mercado para crear esa ventaja competitiva.
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Cuanto más flexible en relación con la cantidad de situaciones a las que se puede aplicar, tanto mejor.
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Sé innovador en tu propuesta.
Ahora te preguntarás si la ventaja competitiva es única. No, no lo es. Hay varios tipos de ventaja competitiva, por ejemplo:
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Puedes centrarte en el precio, ya sea porque será el más barato del mercado pero también el más caro si es que te quieres dirigir a un nicho de mercado especial, como por ejemplo el mercado de bienes de lujo.
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La estrategia de negocio. Implica una redefinición por ejemplo de la estragia que usas en la distribución o en el marketing, o en la manera que buscas o te comunicas con tu cliente por ejemplo.
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En el producto o en el servicio que ofreces.
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Tal vez precises redefinir quién es tu cliente no porque pienses que es mejor cambiar el foco sino porque te has dado cuenta que lo que ofreces puede ser interesante para un público mucho más amplio del que habías pensado originalmente.
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Redefinir tu negocio porque necesitas encontrar nuevas fuentes de ingreso o de inversión.
Sea cual fuere el camino que decides emprender, sabe que encontrar y desarrollar una ventaja competitiva no es algo que se consigue de la noche a la mañana, sino que lleva su tiempo y esfuerzos tanto personales como económicos. Nunca olvides el lema de LAUBURU CONSULTING: CREER QUE ES POSIBLE.
Adriana De León M Pagouapé
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